Trampa nº 3: Comprar en lugar de chapucear

Pero entonces, a veces el instinto contrario toma el mando.

Tengo que decir que a menudo este instinto surge en el departamento de TI. Los departamentos de TI atraen a gente a la que le gustan las grandes herramientas. Forma parte de la cultura de la adquisición. Nos entusiasman las listas de características. 

Veo que esto ocurre sobre todo cuando se compran productos grandes y genéricos para resolver tareas relativamente sencillas y especializadas. Sistemas de gestión de contenidos de grandes proveedores. Motores de personalización. Motores de recomendación, sistemas de fidelización. Queremos el estándar de oro, pero a veces estos productos están diseñados para hacer cosas muy simples en enormes conjuntos de datos, mientras que muchas de las organizaciones con las que trabaja Made tienen conjuntos de datos enormemente complejos, pero relativamente pequeños.

Así que haces una gran lista comparativa de proveedores y negocias un buen descuento en una solución de un gran proveedor. Pasas meses implementándola. De momento sólo la utilizas para enviar correos electrónicos de agradecimiento, pero apenas has tocado la superficie. Hay toda esa potencia vibrando bajo la superficie. Es como comprar un Lamborghini y usarlo sólo para ir al colegio. Por supuesto, los requisitos de rendimiento de ese motor significan que siempre se está sobrecalentando y acabando con tu pila web.

Enhorabuena, te la has jugado.

Piense en los problemas que realmente quiere resolver y en el camino más corto para hacerlo. Olvídate de las funciones "me-too" y piensa dónde están tus datos y dónde quieres que estén.

• Puede que lo que realmente necesite sean conocimientos de fontanería. La capacidad de unir eficazmente sistemas dispares. Algunos conocimientos básicos de SQL y API pueden ayudar mucho a conseguirlo.
• Abandone la idea de que todo tiene que ser perfecto para que merezca la pena. Es mejor replicar un proceso manual y entregar algo hoy que pasarse dos años configurando la base de datos perfecta y descubrir que el producto no interesa a nadie. Si sacas algo hoy que funcione, puedes invertir en mejorarlo si despega.

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