Un Día Mundial del Teatro de lo más insólito

Hoy es el Día Mundial del Teatro, y los teatros del mundo están cerrados; junto con las salas de conciertos, teatros de ópera, museos, galerías y otros lugares que enriquecen nuestra vida pública.

He tenido la suerte de disfrutar de representaciones en lugares famosos de todo el mundo, desde el Shakespeare's Globe a la Ópera de Sydney, pasando por la Ópera Metropolitana.

Tengo la suerte de que mi trabajo me permite a menudo tener el privilegio de visitar algunos de estos lugares cuando no hay nadie más. Es muy especial experimentar el silencio puro de un Walt Disney Concert Hall vacío, o la amplitud del escenario del David H. Koch Theater, sede del New York City Ballet, cuando se quitan las máscaras. Los propios edificios son parte intrínseca de la experiencia cultural. Se supone que estos lugares están llenos de gente, pero aún así consiguen desbordar energía y potencial cuando están vacíos. Eso debería darnos esperanzas.

Llevo años trabajando en teatros y sus alrededores, como administrador, técnico, ayudante de taquilla y como asesor y proveedor. También he trabajado como diseñador de iluminación.

El diseño de iluminación es verdadero poder teatral y magia. Es emocionante sumir en la oscuridad un auditorio de 2.000 localidades o utilizar la luz para transformar una vieja iglesia en una guarida de Shakespeare. Te hace apreciar visceralmente cómo un entorno compartido puede alterar tu respuesta al arte y a las ideas, y por qué estos espacios públicos son tan importantes (y por qué, además, tienen que ser accesibles a todo el mundo).

Nuestras instituciones culturales están dando un paso al frente en este momento sin precedentes y entrando en nuestros hogares. Las retransmisiones nocturnas de la Metropolitan Opera llegan a cientos de miles de personas. El Teatro Nacional del Reino Unido abre gratuitamente en Internet su catálogo de actuaciones NT Live. En todo el mundo, innumerables artistas y compañías están encontrando nuevas formas de trabajar y llegar a públicos que ya no pueden reunirse para vivir juntos el arte y la cultura en un entorno físico compartido.

Todo esto es muy de agradecer, y habla del papel vital que el arte y la cultura desempeñan en nuestras vidas. 

Pero nada de esto quita la magia de vivir estos increíbles lugares en persona, con su historia y su aura, y estoy deseando que llegue el día en que vuelvan a estar llenos.